Sistema muscular

El sistema muscular es aquel sistema conformado por más de 650 músculos del cuerpo, los cuales son controlados de manera voluntaria o involuntaria. Se encargan de producir movimientos, generar calor, estabilizar la posición del cuerpo, regular el volumen de los órganos, movilizar sustancias, entre otros. Este sistema permite mover el esqueleto y con la ayuda de las articulaciones, conforma el sistema locomotor.

Cabe resaltar que los músculos constituyen alrededor del 40% del peso en un adulto y poseen células que confieren propiedades específicas y detalladas como la elasticidad. Gracias al sistema muscular, es posible someterse a estiramientos, comprensiones y ejercicios que movilizan ampliamente todo el cuerpo. En vista de ello, el estudio de su composición, tipos, funciones y enfermedades ayudarán a comprender su importancia para la cotidianidad.

Tabla de contenidos

Composición de los músculos

El músculo está compuesto por fibras, las cuales son miles de células cilíndricas. A su vez, posee tejido conectivo, nervioso y vasos sanguíneos. La composición muscular está conformada por 20% proteína, 75% agua y el restante dividido en otras sustancias como el ATP. Entre las proteínas más frecuentes dentro del sistema muscular se encuentran la actina, miosina, mioglobina, titina y tropomiosina.

Tipos

Hay 3 tipos de músculos primordiales que conforman el sistema muscular y estos son:

Músculo liso: son conocidos también como viscerales, puesto que se encuentra en las vísceras y en las paredes de los órganos internos. Forman parte del sistema nervioso vegetativo autónomo y su contracción es involuntaria.
Músculo cardíaco: son una mezcla del músculo estriado y liso, los cuales se encuentran cerca del miocardio (pared del corazón). Necesitan estar interconectados para expandirse y contraerse de manera sincronizada.
Músculo esquelético o estriado: están conectados a los huesos y los recubre. Presentan estrías y su objetivo es producir movimiento, distribuir las cargas del cuerpo y proteger la estructura ósea. La contracción es voluntaria gracias al SNC (Sistema Nervioso Central).

Partes del músculo

Las partes del músculo son aquellos elementos que permiten movilidad y desplazamiento. Entre ellos se deben mencionar:

Endomisio: conjunto de fibras individuales cubiertas por una capa de tejido conjuntivo.
Perimisio: es una capa muscular formada de tejido conectivo que se ubica en el medio de las capas endomisio y epimisio. Se encarga de cubrir los fascículos musculares conformados por el endomisio.
Epimisio: es una membrana que se encarga de rodear la superficie de la musculatura tanto del tren superior como inferior. Su objetivo es cubrir los fascículos unidos, los cuales conforman el músculo completo.
Tendón: es un tejido fibroso y fuerte que conecta el músculo con el hueso o con otra estructura como el globo del ojo. Su función es mover el hueso o la estructura.
Fascículos musculares: grupo de fibras musculares.

Clasificación del sistema muscular

Al ser tan extenso, el sistema muscular se puede clasificar de acuerdo a la forma del músculo y a su movimiento.

Según su forma

Son más de 650 músculos los que se encuentran en el sistema muscular. Por ende, estos se dividen en varias formas para así clasificar e identificar organizadamente sus funciones. En vista de ello, la clasificación del sistema muscular según su forma es:

Músculos abanicoides: tienen forma de abanico y como ejemplo se pueden mencionar los músculos temporales de la mandíbula y los pectorales.
Músculos fusiformes: se caracterizan por ser delgados en los extremos y gruesos en la parte central. Se pueden observar en los miembros superiores e inferiores.
Músculos planos y anchos: son los que protegen los órganos que se encuentran en la caja torácica. Se ubican en la pared abdominal.
Músculos orbiculares: son similares a los fusiformes, aunque poseen un orificio central que permite abrir y cerrar otras estructuras. Un ejemplo serían los músculos del párpado.
Músculos circulares: su función es abrir y cerrar conductos pues tienen forma de anillo. Como ejemplo se puede nombrar el orificio anal y el píloro.

Según su movimiento

En función de los movimientos, se pueden clasificar los músculos de la siguiente manera:

Depresores: bajan un segmento o miembro, así como el músculo de la barbilla y mandíbula.
Rotadores (supinadores y pronadores): ayudan a los movimientos de rotación de las articulaciones.
Flexores: se usan para las flexiones, pues acercan dos segmentos de una extremidad.
Abductores: alejan o separan una parte móvil de la línea central del cuerpo. Por ejemplo, al mover las piernas o brazos formando un semicírculo.
Esfínteres y dilatadores: abren o cierran un orificio corporal.
Extensores: son aquellos que extienden o alejan los segmentos de una extremidad.
Aductores: son el caso contrario de los músculos abductores. En vez de alejar, acercan una parte móvil a la línea central del organismo.

Funciones

Funciones de los músculos
La principal función de los músculos es contraerse para generar movimiento y realizar funciones vitales como la digestión, respiración y circulación sanguínea. Asimismo, el sistema muscular es responsable de las siguientes acciones:

Postura: control de las posiciones cuando el cuerpo esté en estado de reposo.
Producción de calor: las contracciones musculares generan energía calórica.
Protección: los músculos funcionan como un mecanismo de protección para los órganos vitales como el sistema digestivo y cardíaco.
Mímica: ayudan a realizar las expresiones faciales o gestos producidas por los sentimientos o las emociones.
Equilibrio y estabilidad: con la ayuda del sistema óseo, el sistema muscular confiere estabilidad al cuerpo durante largos procesos de actividad física.
Reporte del estado fisiológico: si los órganos internos no se encuentran funcionando adecuadamente o hay algún patógeno, los músculos lisos generarán cólicos o fuertes contracciones informando que existe un problema de salud.
Locomoción: el sistema muscular más el sistema óseo y las articulaciones conforman el sistema locomotor, el cual se encarga del movimiento en las extremidades como correr, saltar, caminar y otras actividades físicas. De igual forma, cumple con efectuar el desplazamiento de la sangre a través de todo el organismo.
Actividad de los órganos internos: gracias al sistema muscular, todos los órganos del cuerpo desempeñan adecuadamente sus funciones, tanto voluntarias como involuntarias, aunque estas últimas son vigiladas por el Sistema Nervioso Central.

Enfermedades musculares

Las enfermedades musculares pueden generarse por accidentes, dolencias, posturas incorrectas, ejercicios bruscos o algún virus que perjudique directamente la salud del músculo. Las más conocidas son:

Calambre: afecta a los músculos superficiales y se caracteriza por ser una contracción dolorosa e involuntaria de un músculo en específico. Esto se debe generalmente a un desbalance muscular o fatiga extrema.
Esguince: es una lesión ocasionada por un daño total o parcial de las fibras musculares.
Desgarro: ruptura del tejido muscular. Se reparan con el tiempo, pero son dolorosas y disminuyen la capacidad motriz.
Atrofia: se conoce como atrofia a la pérdida o disminución del tejido muscular debido al poco uso del músculo. Puede originarse por enfermedades que desencadenen comas o traumatismos importantes.
Distrofia muscular: degeneración de los músculos esqueléticos.
Hipertrofia: desarrollo o crecimiento anormal de los músculos, lo cual puede producir severas deformaciones.
Poliomielitis: es una enfermedad generada por un virus que ataca al Sistema Nervioso Central, lo cual no permite que los impulsos nerviosos lleguen a las extremidades. Por lo tanto, produce atrofia artificial. También es conocida como la “Polio”.
Miastenia gravis: es una enfermedad que afecta a los músculos de contracción voluntaria. Se caracteriza por ser una debilidad y fatiga aguda ocasionada por la interrupción en la comunicación de los músculos y los nervios. Esta patología genera dificultad para masticar y hablar.

El sistema muscular forma parte de uno de los sistemas más extensos del cuerpo humano, por lo tanto, es necesario cuidarlo y conocer sus componentes para identificar rápidamente cualquier dolencia o malestar que se genere.